Trayectoria
Apéndice de la Historia
El golpe militar de 1955 se llevó a cabo para modificar y destruir todo lo hecho durante 10 años de gobierno peronista. La economía nacional, la dignidad de país soberano y toda la acción tendiente a instaurar la justicia social fueron atacadas impiadosamente por el nuevo gobierno. Había que comenzar la entrega del país y escarmentar al pueblo que se atrevió a llevar adelante un proceso nacional. Con ese objetivo, la dictadura desató una represión feroz y puso en la mira a las organizaciones gremiales que eran el sostén de la organización popular y así fue que procedió a intervenirlas, saquearlas y encarcelar a sus dirigentes.
El objetivo del gobierno consistió en el exterminio del peronismo como expresión política y el
sometimiento de la clase trabajadora.
Para ello se prohibió la exhibición y exteriorización de los símbolos peronistas, se encarceló a
miles de militantes, se llevó a las fuerzas armadas a las fábricas a presionar a los trabajadores,
se anularon comisiones internas y cuerpos de delegados, además de implementar despidos, suspensiones,
cambios de sistemas de trabajo, pérdidas de conquistas y beneficios.
La represión política alcanzó su mayor expresión con los fusilamientos e junio de 1956. Un par de años más tarde se impuso el Plan Conintes (Conmoción interna) que suspendía las garantías personales, imponía el estado de sitio y la facultad de detener arbitrariamente a los ciudadanos...
A esta impiadosa represión, el pueblo le opuso su decidida acción; a las marchas, movilizaciones y barricadas le agregó la huelga y la toma de establecimientos, el sabotaje y las bombas, los atentados y el enfrentamiento allí donde se dieran las circunstancias. En las calles y en las fábricas miles de trabajadores producían diariamente actos de rebeldía que ponía en jaque la acción del gobierno. Era la Resistencia Peronista que reproducía miles y miles de nuevos combatientes contra el proyecto antinacional.
De esta acción derivan dos hechos: la superación de los viejos dirigentes acostumbrados a la comodidad del poder y la necesidad de recuperar las organizaciones sindicales en manos de las diversas intervenciones o de dirigentes complacientes.
En este marco e da, recién en 1957, la convocatoria a elecciones en el Sindicato de Empleados de Farmacia. Se realizaron 3 actos electorales consecutivos (ya que la intervención se negaba a entregar el gremio a los vencedores), durante los meses de mayo, julio y setiembre y en ellos se impone la Agrupación “22 de diciembre” - Lista Blanca, fundada por Jorge Di Pascuale, Alfredo L. Ferraresi, Horacio Mujica y José Manuel Azcurra, llevando a aquel como Secretario General del gremio.
Así aparece en el ámbito sindical argentino la figura de quién dejara una huella grabada imperecederamente
en la historia del Movimiento Obrero Nacional.
Dice el historiador Eduardo Luis Duhalde: “Era casi un chiquilín cunado da sus primeros pasos, previos
al golpe de 1955 (por eso siempre la vieja militancia lo llamo
Jorgito
y otros, como Raimundo Ongaro, “Pascualito”). Cunado el Movimiento Obrero se rearma en la clandestinidad
de la Resistencia en los años 1956 y 1957 Jorge integra la “C.G.T. Negra” y la
“CGT. Autentica”, son años duros y difíciles de cárcel, torturas y
fusilamientos. Jorgito Di Pascuale no vacila, no retrocede ni negocia. Tiene el coraje del
convencido del militante firme, no el del matón, su imagen contraria. Varias veces a través de
esos veinte años de actuación pública, tratarán de silenciarlo, enviándolo a la cárcel (su
último proceso - por “instigación a la rebelión y apología del crimen” - fue durante el gobierno
militar de Lanusse).
A partir de entonces la tarea de jorge se multiplica. En lo interno comienza a consolidar el gremio
y a organizarlo sólidamente junto a sus compañeros inseparables Alfredo L. Ferraresi, Horacio P.
Mujica y José “Pepe” Azcurra, entre otros. Hacia afuera, participa en 1957 del histórico congreso
de La Falda, donde el Movimiento Obrero elabora un programa revolucionario para enfrentar la crisis
nacional, además, funda la “Intersindical” con el objetivo de arrancarle al gobierno la normalización
de los Gremios intervenidos hasta que se crean las “62 organizaciones peronistas” y Jorge Integra
la mesa directiva de esa nueva instancia de organización peronista.
La figura de Jorge crece en la acción y de apoco se va convirtiendo en una pieza clave de la lucha
contra la entrega del país.
En 1958 la huelga en todo el país se multiplica y especialmente la que se realiza en Mendoza hace
que el gobierno decrete el estado de sitio. Ello lleva a la cárcel a Framini y otros dirigentes,
por lo que una nueva camada de cuadros intermedios aparece conduciendo la lucha entre ellos Di Pascuale
quien cumple una destacada acción en la toma del frigorífico nacional Lisandro de la Torre, donde
nueve mil trabajadores acompañan a Sebastián Borro enfrentando las tanquetas militares y protagonizando
una de las mas grandes gestas de la resistencia peronista.
Recuerda Sebastián Borro: “conocí a Jorge di Pascuale allá por julio y agosto de 1957. yo acababa
de salir de la cárcel Chubut y el se había hecho cargo del Sindicato de Farmacia, y ya integraba
la Intersindical que daría paso a las 62 organizaciones peronistas.
Jorge tendría para esa fecha 24 o 25 años y demostraba una capacidad de trabajo muy grande... Cárceles,
persecuciones, reuniones, incontables viajes al interior a normalizar delegaciones nos hicieron prácticamente
inseparables.
Eran épocas en que la lucha del peronismo transitaba fundamentalmente por las organizaciones gremiales.
Las 62 organizaciones eran la cara visible del movimiento peronista y por lo tanto en su seno se
debatían las posturas que luego se mantendrían por muchos años más.
Jorge di Pascuale, Amado Olmos, Juan J. Jonch de telefónicos y
Borro
por la carne, manteníamos una fuerte disputa con el sector de Augusto Lobo Vandor.
La propia sede del Sindicato se va convirtiendo en una propia usina generadora de lucha y organización.
Allí se fundan y crean agrupaciones de base, comisiones de ayuda a los presos Conintes y a la propia
Juventud Peronista, a través del cual se entabla una inquebrantable amistad con inolvidables compañeros
como “Cacho” El Kadri, Carlos Caride, Jorge Rulli, Gustavo Rearte y Felipe Vallese, además de quienes
llevaban sobre sus espaldas la responsabilidad mayor de la lucha de esos años: Andrés Framini, John
William Cooke, Julio Troxler, Susana, Valle y muchos más.
La tarea Sindical, y política era prolífica y el Sindicato llegó a sufrir diez allanamientos en el
termino de un mes, además de vigilancia permanente.
En 1962, Jorge es nominado por el Movimiento Obrero para viajar a Madrid a reunirse con Perón, a
efectos de preparar la participación en las elecciones previstas para el 18 de marzo. En esa ocasión
es propuesto como candidato a diputado nacional en Capital Federal, resultando ser el más votado
del peronismo (la elección era de tipo nominal). En la provincia de Buenos Aires se elige la fórmula
para gobernador y vice, resultando triunfante la compuesta por los compañeros Framini - Algada, lo
cual no fue aceptado por los militares que las anulan, produciendo, al poco tiempo, un nuevo golpe
militar.
Ese año, se lleva a cabo el Plenario de Huerta Grande, donde el Movimiento Obrero produce un nuevo
programa revolucionario de gobierno. Allí Jorge tuvo un gran protagonismo, lo mismo que en las movilizaciones
realizadas el 1ero. De Mayo y el 26 de julio. De esta manera, Jorge va dando forma a la línea combativa
del sindicalismo nacional y del Movimiento Peronista. Merced a ello, es nombrado Secretario del Consejo
Coordinador Superior del Peronismo, por el período que va de 1962 a 1964. Estas acciones lo exponen
públicamente y en el mes de agosto es detenido acusado de subversión.
Cuenta Sebastián Borro: “Después de la huelga del Lisandro De la Torre, yo quedé cesante por lo
que mi gremio quedó sin representación en las “62” y lentamente Vandor inicia el desplazamiento
de la línea dura y hace ingresar de la mano a Raúl Matera a la línea blanda o colaboracionista
en la conducción del movimiento.
Allá, por marzo de 1963 viajamos con Jorge y Jonch a Madrid. Estuvimos casi veinte días con el General
y luego debimos cumplir una misión muy especial que nos encomendó Perón. Se trataba de establecer
una continuidad de alcance con al Revolución Cubana. Un nefasto personaje que oficiaba de contacto,
había cometido algunas perrerías y el General nos ordenó restablecer esa relación. Luego de un viaje
de casi 24 horas vía París, Zurich, Checoslovaquia, Irlanda y Canadá, llegamos en abril de 1963 a
la Habana. Estuvimos reunidos con Ernesto Che Guevara, el “Che”, quien nos pone a disposición apoyatura
y medios para el movimiento. Permanecimos un mes en Cuba y luego retornamos con la misión cumplida”.
Perón había designado a Jorge delegado personal ante los países socialistas, pero la lucha de intereses
dentro del peronismo estaba desatada y Vandor comenzó a poner en marcha, el retorno de Perón.
El frustrado operativo, boicoteado por la propia dirigencia, estaba destinado de antemano al fracaso
para desalentar las esperanzas del pueblo y convencerlo de la necesidad de un peronismo sin Perón.
Jorge vislumbra la trampa y la enfrenta en Madrid delante del propio General, lo que le representa
el eterno rencor de muchos traidores.
También el rechazo a la invitación del gobierno cubano, de la que Jorge fue portador junto a John
William Coke, para que Perón se estableciera en la isla, fue motivo de alejamiento de Jorge de la
intimidad de Madrid.
Estos enfrentamientos no hacen mella en su espíritu militante y continua llevando a delante con absoluta
convicción la lucha contra los gobiernos que proscribían al peronismo y por ende, la decisión soberana
del pueblo.
Jorge despliega una intensa actividad en todo el país y en todos los frentes sociales donde se pueda
llevar el mensaje revolucionario. Así se convierte en hombre de consulta por parte de sectores progresistas
de la iglesia a quienes ayuda a crear el “Movimiento de Curas del 3er mundo” y con los que establece
una profunda relación basada en la discusión franca y honesta y en el compromiso militante junto
a los desposeídos y explotados de todo el país.
Por entonces, el Comando Táctico Peronista funciona en nuestro Sindicato lo que posibilitó una profunda
relación con el delegado personal de Perón, Mayor Bernardo Alberte, con Mabel Di Leo y otros cientos
de compañeros que tenían como referencia de la línea combativa e intransigente del peronismo al sindicato
de Farmacia.
El golpe militar realizado por Onganía retrotrae al país a una dura represión y persecución de las
organizaciones populares. El sector Vandorista o colaboracionista del peronismo Sindical apoya el
golpe y continúa con el proyecto de peronismo sin Perón. En las provincias se fortalece los sectores
neo peronistas que respondían al mismo proyecto y solo el sector combativo del que Jorge es uno de
sus artífices e impulsores se mantiene en el enfrentamiento con el régimen militar.
Esta contradicción va separando cada vez mas los caminos entre los claudicantes sectores que avanzaban
en el manejo del aparto partidario, apropiándose (con la ayuda del gobierno militar) de los símbolos
formales del Justicialismo y los sectores que enfrentaban al gobierno y cada vez mas claramente a
la traición que no solo desconocía el liderazgo de Perón, sino que también la voluntad del pueblo
de expresarse democráticamente sobre el tipo de país y de sociedad a la que aspira.
La visión política de Jorge Di Pascuale se amplia y lo proyecta como un dirigente nacional contenedor
de otras expresiones políticas, al tiempo que su capacidad de conducción convoca a otros dirigentes
sindicales a la construcción de una alternativa para los trabajadores que represente la voluntad
de lucha del pueblo argentino. Esa acción constante y decidida alcanza su máxima expresión en la
convocatoria al Congreso normalizador de la C.G.T., realizado el 18 de marzo de 1968, bajo la advocación
de Amado Olmos (fallecido poco antes) y que posibilita la conformación de la C.G.T. de los Argentinos.
El congreso realizado en el local de la U.T.A. de la calle Moreno designa a Raimundo Ongaro como
Secretario General e impulsa el Programa del 1ero De Mayo, que propone una alternativa nacional y
popular ante la desnacionalización de nuestra economía, la recuperación de la democracia y el fin
de la represión en todo el país.
La visión política que impulsaba el sector combativo se iba imponiendo en todos los sectores sociales,
a medida que el gobierno militar fracasaba en su proyecto político.
La presencia de Agustín Tosco en Córdoba, Benito Romano en Tucumán, Mario Aguirre en Rosario y de
otros dirigentes que iban surgiendo en todo el país, le daba al movimiento una fuerza nacional que
era apoyada por los estudiantes y los sectores medios, peor tenía su columna vertebral en los trabajadores.
La C.G.T. de los argentinos fue un hito en la historia política y gremial de la Argentina y dentro
de ella, Jorge, quien ocupó la secretaria adjunta fue fundamental.
La iniciativa política estaba en nuestras manos y el enfrentamiento era la única estrategia que se
imponía, por eso los sectores claudicantes iban quedando de lado.
En mayo de 1969 se produce el “Cordobazo” y son los trabajadores junto a los estudiantes quienes
ganan las calles de Córdoba, como lo harán luego en Corrientes, Mendoza, Tucumán y Rosario, para
expresar el repudio a la dictadura militar.
En todo este tiempo la actividad de Jorge es incesante, así como lo es la persecución, los
distintos arrestos que sufre y la clandestinidad donde se refugia. Ese año se pasa con el
sindicato intervenido y su Secretario General, Jorge Di Pascuale, junto al adjunto Alfredo L.
Ferraresi, presos. Jorge recobra la libertad, pero a los pocos días es detenido nuevamente por
firmar una solicitada contra el gobierno. Conoce a su hijo recién nacido, esposado y bajo
vigilancia policial.
Será en 1970 que se recuperara el gremio y que veremos a la dictadura de Onganía caer definitivamente.
El comienzo de la década encuentra a Jorge en pleno desarrollo y construcción del Peronismo Revolucionario,
apoyando el accionar de las organizaciones especiales, como la llamo Perón y apuntalando un nuevo
sindicalismo del cual fue mentor y que llamo Sindicalismo de liberación.
Alejado de las estructuras entreguistas del Partido, mantuvo su identidad, rescatando el rol
histórico del Movimiento, su proyecto revolucionario y la necesidad del retorno de Perón para
ponerse al frente de esa revolución.
Es que por entonces, Di Pascuale, con otros compañeros que expresaban la más lata conciencia política
y el grado mayor de compromiso con las luchas de nuestro pueblo, crean el Peronismo de Base, organización
nacional que se propone desarrollar una instancia organizativa por fuera del Partido Justicialista,
con el objetivo de contener la expresión combativa de los trabajadores y apoyar a los sectores que
proponían una salida revolucionaria, que por entonces era ampliamente mayoritaria en todo el territorio
nacional. Por otro lado, resulta notablemente la amplitud de pensamiento de quien sin renunciar a
su identidad política y trayendo en su mochila una trayectoria implacable en las filas del peronismo,
era a esa altura capaz de contener a las distintas variantes del pensamiento revolucionario.
La experiencia de Jorge en la propia intimidad del peronismo, lo había llevado a un desencanto total
con los sectores que habían claudicado durante 17 años y nada esperaba de ellos.
Los había visto de cerca incorporarse al sistema y ser parte de lo mas retrogrado de la política
nacional. Los había visto traicionar a Perón y a los trabajadores y la dinámica de un pueblo en la
calle luchando contra las dictaduras y los gobiernos cómplices de la ilegitimidad lo convenció de
la posibilidad de alcanzar el poder para el pueblo y construir una sociedad mas justa, libre y soberana,
tal como lo aprendimos durante la década del gobierno peronista.
Perón produce cambios en la burocracia sindical e impone a Rucci en la secretaría general de la
C.G.T.
El líder avanza en una política de lucha integral, donde contiene desde las organizaciones armadas,
hasta los sectores burocráticos, pero Jorge tiene una brillante historia, muchos palos sobre el lomo
y la autoridad moral suficiente para expresar su disidencia sobre esa estrategia, intuye, dejara
en el camino a los compañeros que ofrecieron la vida y la libertad por sus ideales. Los hechos le
darán la razón en ese aspecto, aunque en algunos otros se pueda no coincidir con él.
En 1971, la contestación de Perón a una carta enviada por la Agrupación “Lealtad y Soberanía” (fundada
por Di Pascuale) trae el apoyo a la tarea que llevan adelante y se suma al proceso electoral apoyando
a Héctor J. Cámpora, un hombre leal y honesto que también fue victima de la trituradora que montaron
algunos sectores del Justicialismo. Lo positivo de ese desenlace político, fue la libertad de miles
compañeros presos desde hace años, lo negativo fue que esos mismos compañeros y muchos otros que
fueron baluartes de la Resistencia y de la lucha de 18 años fueron dejados de lado. Un desencuentro
histórico que costaría muy caro al Peronismo y al pueblo argentino, ya que esos sectores que dominaron
el gobierno, luego de la muerte del General, actuaron en realidad para desarmarlo y esterilizarlo,
además de ir preparando las condiciones para la mayor represión y asesinato en masa que sufriera
una nación latinoamericana y que se cobro, a partir de julio de 1974 y especialmente de marzo de
1976, la vida de una generación comprometida hasta la propia muerte por el destino de nuestra de
patria y el futuro de nuestro pueblo.
El 17 de noviembre Jorge, Borro, Framini y tantos viejos luchadores tendrían que haber estado en
el avión que traía a Perón de su largo exilio. Eran ellos los representantes de los miles de peronistas
que no claudicaron ante ningún gobierno, exigiendo el retorno del líder, no fueron convocados, pero
si estuvieron en Ezeiza, junto a las miles de personas que desafiaron al Ejército para ir a esperar
a Perón. También estuvieron el 20 de junio en Ezeiza, junto al pueblo peronista, pero cada vez más
lejos del conductor. De esta manera, la vieja guardia peronista, la línea dura o combativa, como
se la conoció, se incorporaba a otras expresiones del peronismo: Framini, Dante Viel, Armando Cabo,
Arnaldo Lizazo, Atilio Lopez, Cepernic o Bidegain le daban forma al Partido Autentico (ligado a Montoneros)
mientras Jorge, Ferraresi, Bernardo Alberte, Ongaro, Villaflor, De Luca, Benito Romano Atilio Santillan
y la conducción de FOETRA mantenían distintos grados de adhesión al Peronismo de Base.
La lucha se dirige a la construcción de una alternativa organizativa independiente, que les permita
a los trabajadores no solo enfrentar al sistema que nos domina y explota, sino también a la burocracia
política y sindical que le sirve complicentemente.
Jorge Di Pascuale jamás acepto servir a los interés antinacionales y antipopulares, brillo en la
política y en el sindicalismo argentino en merito a su capacidad y compromiso, pero no utilizo ese
prestigio en beneficio de una proyección personal. Dejo de lado cualquier tentación personal y se
ubico junto a los trabajadores en la lucha política y cotidiana para lograr la liberación nacional.
Acepto ser uno más luego de ser el primero, acepto el anonimato luego de ser una figura pública,
acepto el barro luego de pisar las alfombras del poder, acepto la militancia, la cárcel y la persecución,
si eso era útil para alcanzar el objetivo de todos y para todos. Fue firme en sus convicciones, alegre
y cálido en el trato diario, noble y valiente para sostener su compromiso, y supo ser un conductor
indiscutible. Su enorme capacidad de conducción sumada a su conducta personal hizo que fuera querido
y respetado por todos los trabajadores del país, más allá del pensamiento e ideología de cada uno.
Estos valores. Que son imperdonables para el sistema, fueron puestos en la mira del enemigo, a penas
murió Perón el 1ero de julio de 1974. pocos días después el escritor, abogado, historiador, diputado
nacional y gran amigo del Sindicato de Farmacia, Rodolfo Ortega Peña, era asesinado en las calles
de Buenos Aires, por la Triple A, en lo que fue el comienzo de una escalda que ya no se detendría
mas para hacer desaparecer a los dirigentes identificados con las luchas populares. Así la lista
comenzó a poblarse de los compañeros mas queridos: Antonio Deleroni, Julio Troxler, Alfredo Ongaro,
el padre Mujica, Atilio López y cientos mas. Jorge estaba amenazado y sus compañeros lo convencieron
de que partiera hacia Venezuela. Allí estuvo, trabajando humildemente, hasta que luego del golpe
militar del 24 de marzo no soportó mas y regreso a nuestro país para sumarse a la lucha contra la
dictadura.
Un trágico 28 de diciembre de 1976, decidió festejar sus cumpleaños en la intimidad familiar y fue
secuestrado por miembros del Ejercito. Todas las gestiones realizadas posteriormente por su familia,
sus compañeros del sindicato e incluso por organismos internacionales fueron inútiles, nunca más
pudimos compartir la risa franca y la palabra sabia de quien paso por la vida y por la historia dejando
una huella profunda y un recuerdo imborrable.
Jorge Di Pascuale, reportaje de Pedro Barraza
Enero de 1963
“Este pueblo no tiene representación en el gobierno desde la nefasta revolución de septiembre del '5, y y los hechos han demostrado claramente que quienes no representan al pueblo solamente gobiernan para los sectores que en este caso son las tradicionales minorías selectas, amparadas en la tutela internacional y sostenida por los organismos de represión. Solo en esta forma han podido mantener hasta ahora la política de hambre y miseria, para exclusivo beneficio del imperialismo”
“El sindicalismo de Liberación no muere cuando el régimen interviene una organización, proscribe una lista o agrupación de base, o despide a los integrantes de una comisión interna. Muere cuando se renuncia a organizar a los trabajadores para el combate, cuando se los deja a merced de los patrones, y el régimen y la represión. Vive y se desarrolla cuando, cualesquiera sean las condiciones en que se de la lucha, se orienta y organiza la acción de los trabajadores y se da la respuesta a todas y cada una de las reivindicaciones populares”
Mensaje de Jorge Di Pascuale desde la Cárcel de caseros
18 de agosto 1962
A mis compañeros de lucha:
La historia ha demostrado invariablemente al pueblo trabajador argentino como el único y decidido custodio de nuestra soberanía en las diferentes etapas en que los intereses de adentro y de afuera pretendieron someterlo. Su extraordinaria capacidad de percepción y su sentimiento profundamente nacionalista ha barrido permanentemente con los trabajos de laboratorio para el sometimiento de nuestra Patria. Sus ideales sagrados de Liberación han sabido defenderlos ha pecho descubierto y camisa suelta, cuando las circunstancias así lo exigían.
Momentos muy difíciles está viviendo hoy nuestra Patria, los ordenes morales y éticos subvertidos. La antítesis de lo que el pueblo es, aspira y desea, se materializa en todos los actos de gobierno.
Las direcciones de las instituciones que fueron pilares en nuestra historia, ciegas y manejadas por el descontrol de sus ambiciones, luchan desesperadamente por mantenerse en el poder, para poder así cumplir con las directivas de sus amos extranjeros a espaldas del pueblo. Otras mantienen cómplice silencio ante la entrega y corrupción.
Solamente el pueblo a través de sus organismos más representativos mantienen un posición clara y decidida observando como la descomposición del régimen imperante le roe sus cimientos y mantiene en alto las banderas de justicia, que flamean orgullosas por sobre las descomposición moral y material de sus enemigos. La hora de los pueblos ha llegado, y su materialización está muy cercana. Ya cada hogar argentino es una trinchera material e ideológica imposible de controlar por la reacción y el cipayaje.
Actuar sobre sus representantes decididamente. Colaborar para que estos puedan cumplir con su sagrada misión. Rodearlos enérgicamente para lograr se cumpla en todo con el imperativo histórico de la hora, es su misión mas importante.
Todas las fuerzas populares y de sentimientos nacionalistas, deben de extremar sus esfuerzos en ese sentido. En al medida que esta acción sea cumplida más intensamente el triunfo - que es inexorable - estará mas cercano. Los pueblos no solamente no retroceden nunca, sino que jamás permanecen estáticos. La suerte está sellada.
El Sindicato
La conducción de Jorge Di Pascuale fue fundamental en al consolidación y fortalecimiento del Sindicato de Empleados de farmacia. Desde la creación de la Agrupación “22 de Diciembre” Lista Blanca, en 1957, apuntalando por la decisiva actuación de los Compañeros. Alfredo Ferraresi, Horacio Mujica y “Pepe” Azcurra, A.D.E.F. creció y se hizo grande en la defensa de los trabajadores del gremio, en el crecimiento de su estructura social y en el protagonismo asumido en el plano nacional e internacional.
A su impulso se adquirió la actual sede del gremio y posteriormente se procedió a su ampliación lo que significa en la actualidad el confortable espacio de recepción para los afiliados. También por su iniciativa se realizó el Campo recreativo “Eva Perón”, de Gorina, City Bell, en la provincia de Buenos Aires y se comenzó con al adquisición de los hoteles de Mar del Plata, en la década del '60.
Su participación fue clave en la defensa de la ley de medicamentos del ministro Oñativia y en la
denuncia de la manipulación y los mecanismos de precios que manejaban los grandes laboratorios.
Jorge acompañó, también, a la conducción del Sindicato en al discusión del Convenio Colectivo de
trabajo y las leyes de protección de los derechos del trabajador de Farmacia.
Así fue su lucha y pagó con su vida ser consecuente con sus convicciones y con el compromiso asumido con sus compañeros, cuando juntos fundaron, allá por 1957, un estilo y una conducta que aún continúa vigente en los directivos que mantienen en alto los principios de Jorge F. Di Pascuale.